6 cosas esenciales que debes saber para lanzar tu proyecto

Empecemos por el principio. ¿Sabes cuáles son las razones por las que las startups y proyectos mueren? Échale un vistazo a este gráfico.

No te decimos esto para que te desanimes, te lo decimos para que empieces esta aventura con las herramientas adecuadas. En nuestra experiencia de acompañamiento, las personas que queremos emprender nuestro propio proyecto tendemos a querer ir muy rápido; a tener una web antes de tener una historia que valga la pena compartir; a tener un logo antes de entender a nuestros clientes; a ser ingenuos y, a pesar de haber leído o haber escuchado por ahí que las cosas fallan, estar convencido de que tú eres diferente y que tu idea no va a fallar, porque es lo más.
Te contamos aquí las 6 cosas esenciales que creemos tienes que saber para iniciar esta aventura.
Entiende tu porqué
¿Por qué quieres lanzar tu proyecto? Te damos dos razones por las que esto es importante:
1. Tu porqué será el motor que te moverá en este viaje nada fácil ¿Por qué estás emprendiendo?. ¿Qué es lo que te mueve en este emprendimiento?. Cuando el porqué es fuerte, también lo será tu determinación para llevarlo a cabo en los momentos más duros y de bajón (que los habrá).
2. Entender o no entender tu porqué puede ser la razón de tu éxito o tu fracaso. En 2009, Simon Sinek, escritor y conferenciante, presentó en una gran charla TED su teoría del Círculo de Oro o cómo los grandes lideres inspiran a la acción (¡comprar!). Sinek explica que la gente no compra lo que tú haces (tu producto o servicio), lo que compra es la razón por la que lo haces. Por eso, hay que comunicar de dentro hacia afuera.
Emprende en buena compañía
Hay un proverbio africano que dice que hace falta toda una tribu para criar a un niño. Del mismo modo, se necesita a toda una comunidad para lanzar un proyecto. Emprender es duro. Es bueno tener socios, pero, si no es posible, no tienes porque hacer este viaje en soledad:
- Rodéate de personas que crean en ti y te entiendan, con las que puedas compartir los altibajos emocionales de este viaje y celebrar tus logros por pequeños que te parezcan.
- Rodéate de personas generosas con las que puedas compartir aprendizajes, conocimiento, experiencias.
- Rodéate de personas que ya hayan recorrido el camino que tú estas haciendo que te puedan proporcionar atajos y que reduzcan (un poquito) las tortas metafóricas que te vas a dar.
Pon a tus clientes en el centro
Tu proyecto no va de lo que tu sabes hacer o de las funcionalidades de tu producto. Tu proyecto existe para ayudar a tus clientes a resolver un problema tan gordo y tan relevante o a satisfacer un deseo tan, tan grande que están dispuestos a parar su ajetreado día para escucharte o leerte (en esa jungla de posts, stories y tuits en la que vivimos) y sacar la tarjeta de crédito de la cartera. Y si no es así, Houston, tenemos un problema.
Por eso, lo primero que tienes que hacer es entender a las personas a las que quieres ayudar y, para hacerlo, deja el ordenador de lado, aunque cueste, sal a la calle con tu gorro de explorador y obsérvalas y escúchalas. Ve mas allá de lo obvio ¿cómo viven?, ¿qué les importa?, ¿cuáles son sus hábitos?, ¿quién es su tribu?, ¿qué les frustra? Encuentra ese gran problema que tienen o ese gran deseo que anhelan y, entonces sí, construye una gran producto o servicio que lo resuelva o satisfaga.
No asumas nada
Lo que piensas en tu cabeza o el powerpoint que has hecho en casa para explicar tu proyecto raramente encajará con la realidad. No asumas que vas a tener éxito. Asume que no vas a tenerlo porque todavía te falta mucha información del mercado, de la competencia,.… Eric Ries, autor de El Método Lean Startup explica que emprender es como un experimento. Empieza con una versión pequeñita de tu proyecto, realiza hipótesis (cosas que tienen que ser ciertas para que tu proyecto tenga éxito), construye prototipos, testéalos y aprende. Y vuelve a empezar.
Todo es parte del proceso
Y si tienes que asumir algo, asume que tu aventura emprendedora va a ser una montaña rusa emocional, llena de subidones y de bajadas vertiginosas, llena de pruebas y de errores.
Es parte del proceso. No estás haciendo nada mal. Repetimos. NO ESTÁS HACIENDO NADA MAL. Cuanto antes interiorices esto, mejor. Cuanto antes entiendas que, para avanzar, vas a tener que hacer muchas pruebas y que algunas saldrán mal y que el proceso de prototipado es para aprender, más ligera se hará tu mochila emocional y más disfrutaras de tu aventura.
Tú no eres tu idea
No persigas algo que el mercado te está diciendo que no va a funcionar. Validar que tu idea no funciona no es igual a un fracaso profesional. Recoge todo lo que has aprendido y lánzate a prototipar una nueva idea.
Esto está muy bien pero…
¿y si necesito ayuda?
No te preocupes, no estás solx. En nuestro gimnasio del cambio profesional y emprendimiento te ayudaremos y acompañaremos para que consigas tu objetivo. Esa es nuestra única misión: acelerar tu proyecto y eliminar todo tipo de barreras que puedas encontrarte en tu camino.
